En el barrio de Los Jerónimos, declarado Patrimonio de la Humanidad, a escasos metros del Museo del Prado y del Parque del Retiro, se encuentra este penthouse de 180m2.
El edificio, construído en 1905, ha sido segregado con el paso de los años en pisos de menor tamaño que las originales, a excepción de la última planta que mantiene el esquema de vivienda pasante. Los distintos patios que perforan el volumen moldean y bañan de una intensa luz el perímetro del apartamento.
Al momento de comenzar el proyecto, tanto el planteamiento espacial como su materialidad, no guardaban ninguna relación con la esencia primera del edificio. Teniendo en cuenta el contexto, y las múltiples conversaciones mantenidas con el cliente, la intervención se enfoca en recuperar aspectos de la casa original adaptándose a los requerimientos del nuevo programa.
Los espacios se abren, aumentando su superficie y adquiriendo una escala más señorial, a la vez que aparecen conexiones programáticas propias de los modos de habitar contemporáneos.
La fuerte presencia del mármol blanco, muy utilizado en los edificios residenciales de Madrid de esta época, se ve alterada por ciertos elementos de color que recorren las diferentes estancias. Mobiliario de cuero en el living room, mármol verde en el aseo, puertas con espejo, suelo ajedrezado en el pasillo, apliques en pared, visillos, chimeneas... son algunos de los elementos que aluden al pasado de la finca y guían el recorrido por la vivienda.
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